En la década de los 80, quienes nacimos durante esos años fuimos testigos y partícipes de una revolución silenciosa pero trascendental: la transición de lo analógico a lo digital. Este cambio no solo modificó la manera en que interactuamos con la tecnología, sino que también transformó nuestras vidas sociales, educativas y laborales. Aprendimos a navegar por el vasto océano de Internet, a comunicarnos a través de correos electrónicos y a descifrar el lenguaje de las computadoras. Hoy, enfrentamos un desafío inverso, pero igualmente importante: enseñar a las nuevas generaciones, nacidas ya inmersas en lo digital, a valorar y comprender el mundo analógico.
Mi infancia y adolescencia se desarrollaron en un umbral de cambio. Vi la llegada de las primeras computadoras personales a los hogares, la masificación del Internet y la evolución de los dispositivos móviles. Esta era de transición nos exigió aprender un nuevo idioma tecnológico. Platón, en su alegoría de la caverna, nos hablaba de la importancia de enfrentar lo desconocido para alcanzar un mayor conocimiento. De manera similar, tuvimos que aventurarnos fuera de nuestra "caverna" analógica para entender y adaptarnos a la nueva realidad digital.
La alfabetización digital no fue solo aprender a usar herramientas; fue un cambio de paradigma que alteró nuestra forma de pensar, aprender y comunicarnos. Nos adaptamos porque era esencial para sobrevivir y prosperar en el nuevo mundo. Sin embargo, este cambio también trajo consigo una desconexión con lo analógico, con prácticas y habilidades que definieron generaciones anteriores.
Ahora, como mujer adulta en un mundo predominantemente digital, observo cómo las nuevas generaciones interactúan con la tecnología de manera innata. Sin embargo, observo un riesgo de que pierdan la conexión con lo analógico, con las experiencias y habilidades esenciales para la vida fuera de la pantalla. Es aquí donde, desde mi perspectiva, la enseñanza de la alfabetización analógica se vuelve crucial.
La alfabetización analógica abarca desde la capacidad de leer un mapa físico hasta la habilidad de mantener una conversación cara a cara. Son habilidades que, aunque pueden parecer obsoletas en la era digital, son fundamentales para el desarrollo humano integral. Aristóteles habló de la "phronesis", la sabiduría práctica o prudencia, como una virtud esencial para la vida buena. En este contexto, la alfabetización analógica puede verse como una forma moderna de "phronesis", permitiéndonos navegar el mundo físico con sabiduría y eficacia.
La clave no es rechazar la tecnología sino integrar lo mejor de ambos mundos. En mi experiencia, combinar habilidades digitales y analógicas ha enriquecido mi vida personal y profesional. Por ejemplo, al aplicar la escritura manual noto como mejora mi retención y comprensión, mientras que las herramientas digitales me ofrecen eficiencia y acceso a información global.
Creo que, al enseñar a las nuevas generaciones a valorar y utilizar ambos conjuntos de habilidades, les estaremos equipando para un futuro más balanceado y resiliente.
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Alicia Keys y el diseño del efecto Mandela
Si fuiste de las personas que vieron el último Super Bowl, sobre todo, el show del medio tiempo. Te habrás percatado que Alicia Keys sufrió una breve desafinación al inicio de la canción “If I Ain’t Got You”… ¿O no?
Resulta que Apple, borró el incidente del “gallo” que se le salió a la cantante, reemplazándolo en las repeticiones y transmisiones digitales. Este acto de edición digital plantea preguntas profundas sobre la realidad, la memoria y el poder que tienen las corporaciones, gobiernos y otras entidades para alterar nuestra percepción de los hechos, generando lo que se conoce como el efecto Mandela.
El efecto Mandela, término acuñado para describir cuando un colectivo recuerda algo de manera diferente a como sucedió, ha encontrado un nuevo terreno fértil en la era de la manipulación digital y los deepfakes. La capacidad de alterar digitalmente eventos reales y redistribuirlos a través de plataformas masivas ofrece a las corporaciones y gobiernos un poder sin precedentes sobre la narrativa colectiva. En el caso de Alicia Keys y Apple, lo que podría parecer una simple corrección para mantener la calidad de una transmisión, se convierte en un ejemplo ilustrativo de cómo la realidad puede ser manipulada y, en consecuencia, cómo nuestra memoria colectiva puede ser diseñada.
Esta capacidad de reescritura digital tiene implicaciones alarmantes. Primero, pone en duda la autenticidad de nuestra historia colectiva. Si un momento puede ser borrado o alterado con tanta facilidad, ¿qué nos dice esto sobre la integridad de nuestros registros históricos? Además, refleja una concentración de poder donde entidades específicas pueden determinar qué es "real". Este poder de moldear la percepción puede ser utilizado no solo para alterar recuerdos incómodos o embarazosos sino también para cambiar narrativas en formas que sirvan a intereses particulares, ya sean comerciales, políticos o ideológicos.
Sin embargo, todo este tema también abre un debate sobre la naturaleza de la memoria y la historia. La historia ha sido siempre una narrativa construida, sujeta a interpretaciones y revisiones. La diferencia radica en la escala y la inmediatez con que estas revisiones pueden ahora realizarse y difundirse. La tecnología digital, en este sentido, actúa como un acelerador, amplificando tanto el alcance como las consecuencias de estas alteraciones.
Frente a este panorama, la responsabilidad recae tanto en los creadores de contenido como en los consumidores. Por un lado, las corporaciones y gobiernos deben ejercer este poder de edición con una ética que respete la veracidad y la transparencia. Por otro lado, como sociedad, debemos desarrollar un sentido crítico más agudo, cuestionando y verificando la información que consumimos. La educación en medios se vuelve fundamental en este contexto, equipando a las personas con las herramientas necesarias para discernir entre realidad y manipulación. Sobre todo, con el recién lanzamiento de Sora, el nuevo modelo de IA que puede crear escenas “realistas” a partir de instrucciones de texto.
Me pregunto si en el futuro recordaremos o no este incidente, o más bien, qué versión será la que recordemos.
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Reporte de tendencias Black Trends 2024-2028
En esta nueva edición del Reporte de Tendencias 2024-2028, #BlackTrends, por primera vez abordamos, a través de 16 ejes temáticos, además de las señales y tendencias, escenarios que nos permiten previsualizar diferentes futuros.
Puedes descargarlo aquí.
La última y nos vamos…
La importancia del Customer Experience
Los consumidores son cada vez más exigentes, por eso, no es de extrañar que las empresas los estén situando en el centro de sus estrategias para poderles ofrecer una buena experiencia, que permita conectar con ellos y fidelizarlos.
En este webinar, Jon Black y yo, como directores del Posgrado en Customer Experience de SHIFTA, exploraremos por qué es importante el Customer Experience (CX) y cómo una cultura organizacional centrada en el usuario puede ser un motor de éxito y diferenciación en el mercado actual.
Antes de que te vayas…
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