8 de marzo, la negatividad, la inteligencia y el tiempo
Me ausenté de este newsletter las últimas dos semanas; la razón es muy sencilla: cada 4 años en Blackbot llevamos a cabo un evento llamado Future, Business & Strategy, y este año tocaba realizarlo.
La verdad es que estoy muy contenta con todo lo que sucedió; sin embargo, ahora que vuelvo a sentarme a escribir, caigo en la cuenta de que hoy es 8 de marzo.
Y nuevamente me cuestiono cuánto hemos avanzado en esta lucha que parece no terminar. Veo las cifras y tristemente me doy cuenta de que 11 mujeres en México siguen muriendo cada día.
Por supuesto, me desanimo, me frustro, me entristezco; sin embargo, también me doy cuenta de la Ley Ingrid, de la despenalización del aborto, la Ley Tres de Tres, los premios Nobel que se entregaron a cuatro mujeres y veo que poco a poco se avanza.
De mi lado, mi objetivo es no llegar sola a ningún lado. Si me invitan a dar una conferencia, invito a otras mujeres. Si me piden un consejo, lo doy; si una mujer tiene un logro, lo celebro. Este es un compromiso personal que tomé hace años, convencida de que el apoyo mutuo entre mujeres es fundamental para romper las barreras que históricamente nos han mantenido en desventaja.
La sororidad es una herramienta poderosa, no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal. Creo firmemente en la importancia de crear redes de apoyo que nos permitan enfrentar juntas los retos y celebrar nuestros logros.
Este 8 de marzo, más que nunca, siento la necesidad de reafirmar ese compromiso. No solo para combatir las estadísticas desalentadoras, sino para construir un futuro en el que las generaciones venideras de mujeres encuentren menos obstáculos en su camino.
La igualdad de género no es una utopía; es un objetivo alcanzable si trabajamos juntas y apoyamos a otras mujeres en su lucha y sus aspiraciones. En este sentido, cada pequeña acción cuenta, desde la más mínima muestra de solidaridad hasta los esfuerzos organizados para cambiar políticas y percepciones.
Hoy, en este regreso al newsletter después de un evento tan significativo como el FBS, me siento renovada en mi compromiso de contribuir a este cambio. Invito a todas y todos nuestros lectores a reflexionar sobre cómo pueden aportar en esta lucha. No es solo tarea de mujeres; es un trabajo colectivo en el que todos tenemos un papel que desempeñar.
Avancemos juntas hacia un futuro donde la igualdad de género sea una realidad palpable y no solo un día en el calendario. Este es el momento de actuar, de inspirar y de hacer historia, asegurándonos de que ninguna mujer se sienta sola en su camino hacia el éxito o hacia donde sea que quiera llegar.

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Para reflexionar…
Centrarse en lo negativo infla la negatividad
Tenía un artículo pendiente de leer llamado "Chicken Littles Are Ruining America", donde David Brooks argumenta que Estados Unidos está inmerso en una atmósfera colectiva de pesimismo que tiene repercusiones negativas en la salud mental, la confianza en las instituciones y la capacidad de lograr un cambio social positivo. Esta tendencia, caracterizada por la polarización, la victimización y el catastrofismo, se ve amplificada por los medios de comunicación, las redes sociales y los líderes políticos que se benefician del miedo y la división.
Brooks describe cómo el individualismo desenfrenado de finales del siglo XX ha dado paso a un colectivismo basado en la oposición a un enemigo común y en la reivindicación de la victimización. Esta dinámica genera una comunidad basada en la ira y el resentimiento, en lugar de la empatía y la cooperación.
Esto me dejó pensando, primero en que no es una situación exclusiva de nuestro país vecino y segundo, que hay mucha verdad en esas palabras, la mayoría de los movimientos colectivos actuales se basan en una creencia compartida de que la sociedad está rota, los sistemas están podridos, el juego está amañado, prevalece la injusticia, las elites venales quieren atraparnos; encontramos solidaridad y sentido al resistir juntos su opresión.
Este modo de colectivismo nos integra en comunidades, pero no son comunidades amigables; son comunidades enojadas (por razones válidas). En esta cultura, las personas se sienten unidas no porque cooperen entre sí sino porque están indignadas por las mismas cosas.
El autor sostiene que esta cultura de la negatividad tiene un impacto detrimental en la salud mental de la población, especialmente entre los jóvenes. El pesimismo generalizado conduce a la apatía, la depresión y la desconfianza.
Brooks también critica la falta de soluciones prácticas que ofrece este enfoque. En lugar de promover el diálogo y la búsqueda de soluciones, la cultura de la negatividad se limita a denunciar y culpar a "otros".
El autor propone un cambio cultural hacia el optimismo, la esperanza y la acción colectiva como única forma de construir un futuro mejor.
Y en eso estoy de acuerdo con él, concentrarse en aspectos negativos aumenta la presencia de estos. El problema con la negatividad es que se transmite con facilidad. Si las personas a nuestro alrededor se caracterizan por su pesimismo, indignación y enfado, es probable que adoptemos una actitud similar.
Ante ello, quizás lo que nos queda es sustituir las conexiones basadas en la polarización negativa y la victimización grupal por lazos de afecto y acción colectiva. No luchar contra algo sino por algo…
En otras noticias…
La inteligencia de los seres vivos se encuentra fuera de sus cerebros
La planaria es un gusano que si rompes por la mitad, a su cabeza le crecerá una nueva cola mientras que a su cola le crecerá una nueva cabeza. Después de una semana, dos gusanos sanos se alejarán nadando.
Hacer crecer una nueva cabeza es un buen truco. Pero es la cola del gusano lo que intriga al biólogo de la Universidad de Tufts, Michael Levin. Estudia, entre otras cosas, cómo se desarrollan los cuerpos a partir de células individuales , y sus investigaciones le llevaron a sospechar que la inteligencia de los seres vivos se encuentra en un grado sorprendente fuera de su cerebro. Por ejemplo, las células de la parte trasera de un gusano pueden contener inteligencia sustancial.
"Toda inteligencia es en realidad inteligencia colectiva, porque cada sistema cognitivo está formado por algún tipo de partes".
A partir de estas investigaciones, resulta que las células normales, no sólo las células cerebrales altamente especializadas como las neuronas, tienen la capacidad de almacenar información y actuar en consecuencia. Ahora Levin ha demostrado que las células lo hacen utilizando cambios sutiles en los campos eléctricos como un tipo de memoria. Estas revelaciones han puesto al biólogo a la vanguardia de un nuevo campo llamado cognición basal. Los investigadores de esta floreciente área han detectado características distintivas de la inteligencia (aprendizaje, memoria, resolución de problemas) tanto fuera como dentro del cerebro.
Hasta hace poco, la mayoría de los científicos sostenían que la verdadera cognición llegó con los primeros cerebros hace 500 millones de años. Sin intrincados grupos de neuronas, la conducta era simplemente una especie de reflejo. Pero Levin y varios otros investigadores creen lo contrario. No niega que los cerebros sean asombrosos, modelos de velocidad y potencia computacional. Pero considera que las diferencias entre grupos de células y cerebros son de grado, no de tipo. De hecho, Levin sospecha que la cognición probablemente evolucionó cuando las células comenzaron a colaborar para llevar a cabo la increíblemente difícil tarea de construir organismos complejos y luego se transformaron en cerebros para permitir que los animales se movieran y pensaran más rápido.
La última y nos vamos…
El tiempo, el ahora y el futuro
Este video explora la idea de que nuestro pasado, presente y futuro pueden coexistir simultáneamente, desafiando nuestra percepción convencional del tiempo. Se inicia con una analogía en la que el universo es comparado con un niño dibujando momentos en papel, sugiriendo inicialmente que solo el momento presente es real mientras que el pasado ha desaparecido y el futuro aún no se ha formado. Sin embargo, introduce la noción de que, si todos los dibujos del niño se apilan, forman un bloque de tiempo donde todos los momentos son igualmente reales y coexisten.
La teoría de la relatividad respalda esta idea, indicando que el tiempo y el espacio están conectados en un espacio-tiempo continuo, donde el movimiento a través del espacio afecta cómo experimentamos el tiempo. Esto lleva a la conclusión de que diferentes "ahoras" pueden existir simultáneamente en el universo, dependiendo del movimiento relativo de cada observador, lo que significa que no hay un pasado o futuro universal.
La discusión se complica aún más con la introducción de la mecánica cuántica, que sugiere que el futuro no puede estar completamente predeterminado debido a la naturaleza intrínsecamente aleatoria de los eventos cuánticos. Esto podría significar que el futuro es maleable y no una entidad fija dentro del bloque de tiempo.
Antes de que te vayas…
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